LA HUMAREDA QUE RUGE

                                                                                           (Viaje Austral VI)

Terminar con el furtivo

Abandonamos el Delta del Okavango, pero permanecemos en Boswana. En una de las zonas mas africanas de África. Uno de los lugares que más impresión nos ha causado de nuestras correrías por los caminos de ésta, nuestra maltrecha y maltratada tierra. Tal vez por ser uno de los sitios dónde más hemos convivido con su gente y dónde más aislados del mundo exterior hemos estado.

Aún hoy, a pesar del tiempo transcurrido, cuando en mi cómodo y confortable entorno, pretendo dar forma al último de los trabajos de este viaje por el continente africano, aparecen ante mí los gestos de sus gentes , y la salvaje y sobrecogedora belleza de su entorno.

V.A. Cataratas, Ambos en camión (FILEminimizer)
Por los polvorientos caminos de África

Siempre avanzando hacia el este -unas veces por pistas, otras por maltrechas carreteras, y las más; dejando atrás estériles, rojizas, y polvorientas tierras- llegamos a otro de los importantes parques nacionales con que cuenta Boswana: el Chobe National Park.

 Fue Boswana, uno de los primeros estados del África Negra, que se dió cuenta de la gran importancia que tendría el turismo en el futuro de su economía. Un turismo anhelante de la observación de la naturaleza y la vida salvaje. Por tal motivo, para evitar la sangría que estaba suponiendo el exterminio de gran parte de su fauna, dictó leyes sin precedentes, no solo en África, sino en todo el mundo.

Lo que no sabemos, por no estar a nuestro alcance, es si los 40.000 € que pagan los Jefes de Estados y potentados del mundo por matar un elefante  en uno de estos parques, van a las arcas del Estado o a los bolsillos de los sátrapas de turno.

Los guardabosques, encargados de la conservación de sus parques, recibieron ordenes estrictas de no avisar a los cazadores furtivos, sorprendidos dentro de las áreas protegidas.  Cuando estos guardabosques detectaban algún furtivo dentro de un Parque Nacional, lo primero que hacían era disparar sobre el mismo, y posteriormente, se llevaba a cabo la correspondiente investigación. Lo contrario de como se procede en los llamados Estados de Derechos. Esta rigidez en la aplicación de las normas, hizo que los furtivos se desplazasen a otros países más permeables. Lo que ocasionó que las Reservas de Vida Salvaje de Boswana posean una de las faunas más abundante del continente africano.

V.A. Cataratas, Elefantes ante cataratas (FILEminimizer)
Entre 20.000 y 40.000 € la pieza.

Lo que no sabemos, por no estar a nuestro alcance, es si los 40.000 € que pagan los Jefes de Estados y potentados del mundo por matar a un elefante en uno de estos parques, van a las arcas del Estado o al bolsillo de los sátrapas de turno. Aunque en honor a la verdad debemos decir que Boswana es uno de los países con menos índice de corrupción de África.

El establecimiento e implantación  de estas leyes, además de evitar la posible desaparición de determinadas especies, ha facilitado la proliferación de animales y la observación de escenas increíbles. Fue en el Chobe donde disfrutamos viendo como dos jóvenes cachorros eran amaestrados, por dos leonas adultas, en la caza de una de sus presas favoritas: las gacelas.

El río Chobe es otro de los grandes atractivos de este parque. Este afluente del Zambezi sirve de frontera entre Boswana y Namibia a través de ese laberinto geográfico, creado por el colonialismo, que es la franja de Caprivi. En él, infestado de inmensos cocodrilos, estuvimos navegando entre manadas de enormes hipopótamos, cuyos lomos al emerger sobre las tenebrosas aguas fluviales semejaban fangosos islotes.

¡Malditos «libertadores»!

Finalmente, después de soportar una espantosa noche de apocalípticos truenos y torrenciales lluvias en Kasane, lugar donde montamos nuestro campamento. Con los pasaportes y los enseres empapados, entramos en el esquilmado Zimbabue. Victoria Falls, meta final de nuestro viaje, se encuentra a escasos kilómetros de la frontera, y hacia ella nos encaminamos.

Blancas nubes de algodón se mecen sobre el cielo azul del verano austral, dando a Victoria Falls un aspecto atrayente y soñoliento cuando entramos por la Liwingstone Way un mediodía de últimos de noviembre.

Ninguna Agencia de Noticias de los países civilizados se preocupa por Zimbabue. Este país no es rentable para ningún medio de comunicación.

Su gente, que vivió un periodo de paz y prosperidad en los años posteriores a su independencia, padece ahora una espantosa miseria económica y social originada por el mismo partido y el mismo hombre que en aquellos días fueron aclamados como héroes.

Ha sido una practica muy común entre los «libertadores» en general, y los africanos en particular, el convertirse en crueles tiranos, de aquellos pueblos que liberaron, una vez alcanzado el poder.  Robert Gabriel Mugabe, hijo de un humilde carpintero, no tenía  porqué ser una excepción. Luchó contra el colonialismo y el Apartheid al frente del ZAPU ( Unión Popular Africana de Zimbabue ) hasta conseguir que la mayoría negra (95%) arrebatara el poder a la minoría blanca (5%).

Mugabe, mugabe
Robert Gabriel Mugabe

Su partido, con él como Primer Ministro, llegó al poder el 31 de diciembre de 1.987 y en él permanece hasta nuestros días, aunque para conseguirlo hayan tenido que recurrir a todo tipo de patrañas,  marrullerías, e incluso, crímenes. Con el fin de perpetuarse en el poder han conducido a la población a sangrientos enfrentamientos  étnicos y raciales.

Tales desmanes a llevado al país a una hiperinflación que hace que los precios se dupliquen cada 24 horas. El desempleo alcanza el 80% a pesar de que millones de zimbabueses han emigrado a África del Sur en busca del trabajo que les niega Robert Mugabe, portador de la Orden Nacional José Marti, concedida por otro régimen dictatorial como el suyo. El cubano. Hoy, sin embargo hasta Cuba ha retirado su apoyo a este esperpento de estado, y los únicos valedores que les queda son: China Gabón y Venezuela.

La sanidad y la educación se encuentran en estado de quiebra. Lo que no quita que el dictador más longevo de África  gaste en cualquiera de los banquetes que organiza en su residencia presidencial  (cuando se cansó de ser Primer Ministro mutó a Presidente, puesto que ocupa en la actualidad) sumas superiores a los 200.000 euros. En estos banquetes alardea, ante el aplauso de sus aduladores, que piensa seguir en el cargo hasta cumplir los 100 años.

Cecil_Rhodes_ww
Cecil Rhodes.

 Si tiene la suerte de llegar a esa edad, seguro que su endiosamiento superará al de su predecesor  y Zimbabue pasaría a llamarse Mugabesia, o algo similar. El último gobernante blanco de Zimbabue, Cecil Rhodes, llamó al país Rhodesia, en honor a su propio nombre. 

¡Viajar es gozar, sufrir, reír y llorar con la gente de los lugares que se visitan y por los que se pasa!

No es nuestra intención escribir crónicas políticas de los países que visitamos, pero también es verdad que en uno de nuestros trabajos anteriores decíamos: «Viajar es gozar, sufrir, reír y llorar con la gente de los lugares que se visitan y por los que se pasa» y, francamente por el Zimbabue actual no se puede pasar sin sufrir y, a veces, hasta llorar.

A nosotros los zimbabueses nos parecieron gentes sencillas, hospitalarias e incapaces de cometer los actos que se les atribuyen entre etnias del propio país y contra los colonos blancos. Pero, ¿ quien iba a pensar a finales de junio de 1936  que , tres años mas tardes, al finalizar nuestra Guerra Civil,  habría 1.000.000 de muertos sobre los «yermos paramos de España» ?.

V.A. Cataratas, Puente sobre el Zambeze (FILEminimizer)
Puente sobre el Zambezi.

Victoria Fall es una ciudad nacida  -al borde de las cataratas del mismo nombre-  del viejo poblado que construyeron los trabajadores que llevaron a cabo parte de esa faraónica obra urdida en la mente del megalómano Cecil Rhodes, de unir, por medio de un ferrocarril trans-africano Ciudad del Cabo y El Cairo.

Las Cataratas Victoria

La ciudad está llena de establecimientos donde puede contratarse cualquier tipo de actividad, desde un paseo por la senda que transcurre al borde de las cataratas hasta un raffting por el río de aguas blancas mas peligroso del mundo. El Zambezi.

V.A. Cataratas, Liwingston (FILEminimizer)
Livigstone, aquí está su corazón.

«La humareda que ruge» (Mosioatounya), como denominan los nativos a las Cataratas Victoria, nos recibió a primeras horas de la mañana con la imponente estatua del primer hombre blanco que la contempló, allá por el año 1.855. Livingstone. La estatua está ubicada al comienzo del recorrido, junto al «Salto del Diablo». Construida en bronce, con un enorme pedestal, en el que se yergue la figura del más grande explorador que ha tenido África. Odiado y temido por esclavistas y tiranos. Amado y respetado por los hombres y mujeres humildes del continente africano, donde descansa su corazón, pero no su cuerpo. Sus ojos miran a lo lejos, por encima del borde desde dónde se desprenden las embravecidas aguas, como queriéndonos hacer comprender que África es mucho más que estas, aunque maravillosas, simples cataratas.

V.A. Cataratas, Pista y panoramica (FILEminimizer)
Cataratas Victoria, «Mosioatounya»

Este capricho de la Naturaleza, que forma el río Zambezi al desprender en épocas de lluvias la impresionante cantidad de 550 millones de litros de agua por minuto a lo largo de 1.700 metros por una vertical de hasta 100 metros de profundidad, forma una nube de espumas que se eleva a más de medio kilómetro de altura. Esta columna es visible, a través de la inmensa llanura, desde una distancia que supera los 70 kilómetros.

V.A. Cataratas, Baño (FILEminimizer)
Baño en las Cataratas.

Aquí estamos, junto a este Capricho de la Naturaleza, como hemos dicho anteriormente, y aquí termina nuestro viaje a través del continente africano. Hemos recorrido 5.654 kilómetros con un camión, cuyos sistemas de calefacción o ventilación, solo lo componían la subida o bajada, dependiendo de las condiciones meteorológicas, de sus persianas de lona                                                                                   y plástico.

V.A. CATARATAS Chacal (FILEminimizer)
La hiena.

Hemos oído aullar al chacal y la hiena. Hemos visto cazar al león y huir despavoridas las manadas de gacelas Hemos visto dormitar  -en las orillas de los ríos-  al cocodrilo y surcar los aires al carroñero karibú. Hemos convivido con otras razas y pueblos, gozando con sus danzas y penando con sus desgracias.

V.A. CATARATAS Tienda de campaña (FILEminimizer)
Al final de la plaza, nuestra casa.

Hemos dormido sobre el duro, reseco y árido suelo de estepas y desiertos, sobre las pantanosas tierras de los deltas y orillas de los ríos. Pero también de los mantos vegetales que forman las áreas selváticas de éste hermoso, apasionante, incomprendido y, siempre deseado continente.

Solo en un par de ocasiones, lo hicimos en hoteles, pero podemos asegurar que los recuerdos más emocionantes, gratos y duraderos que mantenemos, no son, precisamente, los de ese par de noches, tan parecidas y rutinarias como cualquieras otras de nuestras vidas.

Estamos al final del viaje, y ya buscamos nuevas metas. Lo más importante no es llegar a ellas, lo que importa es soñar. El ser que se conforma con lo conseguido, a empezado a morir. Avanzar, soñar con nuevas metas, es vivir.

                                                                                           Paco Vidal

 

Un comentario en «LA HUMAREDA QUE RUGE»

  1. Por lo que cuentas África debe de ser apasionante. Ya me gustaría ser como tú, pero yo soy un miedica y no sería capaz de hacer estos viajes a la aventura de Dios. Un abrazo campeón.

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